Mi Historia

Mi nombre es Jorbelys, soy Venezolana, es una de mis características más representativas y para mí una carta de presentación, llevo el caribe en la sangre. Tengo un título en ciencias, trabajé durante varios años como analista de un laboratorio químico. En el 2014 solté los prejuicios y me lancé al mundo en un viaje largo con mi pareja que se convirtió en una migración. Todos estos años he estado explorando el concepto detrás de la palabra “hogar”. Me encontré con el yoga en el 2012/2013 en un momento de mucha volatilidad y confusión en mi vida. Me mostró un camino de puro autoconocimiento. Y aprendí que la magia del yoga ocurre a cada instante: estar en el momento presente y conectar con lo que verdaderamente soy, sin títulos ni nombres.

Encontré en esta práctica un espacio de encuentro conmigo, de reconocimiento, investigación y exploración con mi cuerpo y con mi mente y me enamoré tanto de lo que se siente en el proceso que quise profundizar más con la idea de compartir esta práctica sanadora -física y emocionalmente-. Voy con pasos cortos y firmes en este camino de ida.

Me gusta el planeta y me encuentro con la naturaleza como una fuente de inspiración y de profundo respeto. Le apuesto a los procesos de cambio y a la educación para construir una vida más consciente, más despierta y más comprometida.

Admiro la increíble capacidad femenina para crear y sostener.

El concepto de placer llegó a mi vida ya bastante adulta, y he aprendido a encontrarlo en la cotidianidad. Es uno de los temas que me gusta profundizar con las personas, porque me asombra la belleza de la diferencia de cada cuál.

Soy un ser humano común. Me gusta la cerveza. Disfrutar una rica comida. Holgazanear un domingo. Tomar café. Bañarme en el mar tibio. Andar descalza. Hablar con mis sobrinos. Mitad “vida al aire libre”, mitad urbana: amo las grandes ciudades y su vida caótica.

Si te resuena o te inspira algo de lo que leíste acá, puedes dejarme tu mail para compartir más: ideas, clases de yoga, proyectos, recetas; todo eso que quizás nos pueda acercar a una vida más plena, simple y conectada con nuestra propia naturaleza.